Tuesday, October 28, 2014

ANABELLE

Y bueno, aquí es donde uno confiesa sus errores, ¿verdad? 

Pues resulta que mi hijazo y yo también fuimos víctimas de la publicidad sobre la película Anabelle, y fuimos a verla. 

Debo decir que, desde un principio, intuí que la pelicula no sería tan buena, pero de todas maneras hubiera ido a verla porque fue mi hijo el que lo propuso. A sus 12 años, como que le está agarrando el gusto a esto del cine de terror y, como a mí me encanta, me emociona en sobremanera que él se vea atraído por dicho género. 

Ahora, hay que decir una cosa: Yo gusto de las películas de terror. No soy fan. No soy conocedor. No soy el que se compra las obras completas de Darío Argento o La Noche de los Muertos Vivientes, versión original autorizada y firmada por George Romero (Incluye subtítulos en húngaro, brasileño de favela e inglés de Tepito). No. No hago eso.

Veo cine de terror porque se me antoja, y veo casi pura maravillita comercial. No voy más allá. Esto lo digo porque los verdaderos fans del cine de horror siempre encuentran un modo de hacerte sentir que lo que ves son películas de Walt Disney con un poco de sangre adicional. Nada es lo suficientemente aterrador, para un fan hardcore del cine de horror. Nada. 

Habiendo aclarado lo anterior, les cuento que el sábado nos fuimos a ver Anabelle. Traíamos el antecedente fresco de haber visto El Conjuro apenas una semana antes y eso también nos motivó. La verdad es que El Conjuro me pareció buena, y es la clase de cine de terror que logra hacer mella en mi ánimo con ciertos elementos muy simples. Básicamente, al ver cine de terror, yo espero que el filme me cuente algo que yo no sabía o imaginaba, y que sea algo que me parezca lo suficientemente perturbador como para quitarme el sueño por una noche. Eso me encanta. Tiene que ser más bien algo a nivel de concepto o historia, por encima de lo que puedan aportar los efectos especiales o las actuaciones, que son elementos que también cuentan, pero suelen ser cosas que, en mi caso, me espantan en el momento de verlos, sin provocar un miedo duradero.

Este es el caso de Anabelle. Es una película que espanta, pero no te deja con miedo. Al menos a mí no. Sí, la muñeca es fea. Estúpidamente fea, diría yo. Lo suficientemente fea como para que nadie, ni loco ni poseído, la hubiese comprado. Creo que ese es el primer error de la película. En otras historias de muñecos poseídos, diabólicos o similares entidades juguetrónicas, por lo general el juguete parece ser normal y hasta bonito o amigable. Acuérdense del mismísimo Chucky. Antes de que un asesinoijoelachingá lo agarrara como último recurso para meterle su alma al estar agonizando, Chucky era un muñeco, digamos... bonito. Agradable, pues. Casi simpático. Pero ya que acuchilló a unas cuantas personas, pues perdió la gracia ¿no? Bueno, el caso es que Anabelle nunca logró eso en mí: esa simpatía previa que se destruye al contacto con El Mal. 

Claro, a Anabelle tampoco le ayuda el antecedente de que, al entrar a la sala, todos sabemos que ella es una muñeca diabólica, pues la publicidad de la película lo anuncia claramente. Además, habiendo visto El Conjuro, uno necesariamente conoce ese antecedente. Pero, vuelvo a lo mismo... ¿tenía que ser tan encabronadamente fea de entrada? Nació fea, no se hizo fea por la maldá. Eso, le quita el chiste a cualquier cosa, yo digo.

Después de eso, ¿les cuento qué hace la muñeca? 









Nada. Absolutamente pinches nada.


¡En serio! Ya analizándola después de verla... el papel de la muñeca es asustar por lo fea que está, pero en realidad los actos de maldad como tal son expresados y ejecutados por entidades, vivas o no vivas, ajenas a la muñeca. De hecho, lo explican en la película anterior: los objetos no pueden ser poseídos ni por demonios ni por espíritus, son canales por los que las entidades malignas buscan poseer a personas. Bueno. Ok. Pero... ¿no podían haber hecho que la muñeca tuviese un papel un poco más activo? Fuera de estar en lugares en donde no estaba y cambiar de posición cuando nadie la ve, casi nunca la ves haciendo algo... y el resto de las entidades asustantes de la película... pueeees... como que sí pueden llegar a dar miedo pero, honestamente, se quedan cortas. 

Además, me parecía mucho más interesante la historia planteada en El Conjuro, de cuando la muñeca llega a manos de unas enfermeras y los esposos Warren se topan con el caso... se enteran de que la muñeca se movía por su cuenta, y les dejaba recaditos por toda la casa a las enfermeras que la adoptaron. Interesante caso del cual no sabemos nada más, hasta que, después de que pasaron quién sabe qué cosas, nos muestran que dejaron a Anabelle encerrada en una vitrina con visibles letreros que arrojan al visitante la advertencia de que, por ningún motivo, jamás se abra dicha vitrina, que además es bendecida -junto con otros objetos asociados a experiencias paranormales que los Warren guardan y exhiben a manera de museo- cada semana por un sacerdote.

Pero, pos no. No tocaron esa parte de la historia. Se quisieron ir más atrás e intentaron mezclar aquella historia tristemente real de los asesinatos de La Familia de Charles Manson, con ficciones como Chucky y Poltergeist. ¿El resultado? Lo que dije: gracias al sonido y a algunos efectos más o menos bien logrados, los va a espantar. ¿Pero quitar el sueño? Yo creo que no. 

En mi caso, el mejor premio fue pasar una tarde divertida con mi hijo, lo cual es algo que, más allá de la película que sea, vale cada segundo.

Como último regalo, y por si no la habían visto nunca, les dejo la fotografía de la muñeca Anabelle real. Su aspecto inocente me parece mucho más escalofriante que el forzado aspecto diabólico de la de la película. Pero, como siempre, aquí lo que cuenta, amables personas que me leen, es su opinión, y no la mía.





4 comments:

Nancy MaribeL said...

Qué decepción de todo aquel que ve Anabelle diga que es una película fea, incluso algunos han llegado a decir "aburrida" como bien dices, la historia de las enfermeras hubiera dado para mucho y en lo personal es lo que pensé que pasaría en la película. Qué bueno q la cuentas para no gastar en el cine y sentirme robada ñ_ñ
Ojalá pronto salga una buena película de terror.

EL PEATÓN said...

Sí, en realidad es una película que no da como para considerarla dentro de las que vale la pena ver en cine. Y eso de "aburrida", en realidad no está muy lejos... en los primeros 40 minutos, yo me encontré varias veces preguntándome: "y... ¿a qué hora pasa algo que asuste?" Después de eso, lo intentan, pero no llegan.

Emma Gali said...

¡Yo digo que chale! Demasiado darle vueltas a la historia de la happy ñoña couple, y al final nada. Como que dijeron "¡Ah cabrón! ya se va a acabar el tiempo de la peli, sí, mete los efectos de 'miedo' todos juntos" El final DEL ASCO, sacrificaron al negro de la película, ¿qué sentido tenía? Ni siquiera eran tan amigas ella y la güera.
Hubiera valido para mí, un poco más la pena, si se hubiera terminado en donde la güera agarra a trancazos a la muñeca contra la cuna y resulta que es su bebé. Que acabara así no me habría dado miedo, pero al menos sí me habría sorprendido.

Lo único rescatable: La ansiedad de que el elevador se abría en el mismo piso, el padre volador y cuando annabelle se convierte en la bebé.

Mi humilde opinión. ¡Saludos cuñado! Jaja :P

EL PEATÓN said...

¡jajajajajajaaja! ¡No había leído su comentario, cuñada! Y sí, concuerdo completamente con sus opiniones de las escenas. Y claro, si alguien tenía que morir, tenía que ser la persona de origen afroamericano (para no decirle "negra"), ¿no podían haber cambiado eso?

¡Gran abrazo! Y gracias por leer.