Thursday, October 02, 2014

El Chiste del Chinito


Debo advertir que en esta entrada, amables lectoras y lectores, la línea que existe entre 'lo apropiado' y 'lo inapropiado', será cruzada varias veces. Si es usted una persona sensible a temas políticos, electorales, sociales, estudiantiles, ejidales, cuánticos y paranormales, le sugiero abstenerse de continuar leyendo el presente panfleto bloggeril.



El pasado lunes 30 de septiembre de 2014, tuvo lugar una imponente marcha de estudiantes, principalmente del Instituto Politécnico Nacional, acompañados de varias otras instituciones de educación superior del país. El número de participantes se ha calculado, según las más diversa (y opuestas) instancias, entre 12,000 y más de 20,000 personas.

¿Las razones? Esencialmente, se alude como causal del paro estudiantil -y posterior manifestación en las calles-, a la modificación de diversos puntos del reglamento interno de la institución. Los grupos que conforman a lo que podríamos suponer como dirigencia de este movimiento, publicaron el propio lunes un documento llamado "Posicionamiento de la comunidad politécnica ante el anteproyecto de reglamento interno del IPN”, que consta de 14 cuartillas y concluye en siete puntos que intentan resumir los porqués de un movimiento de tal calado.

Me encantaría analizar uno a uno dichos puntos para, desde mi posición de ignorante, neófito, desconocedor y persona carente de autoridad académica y/o moral, emitir una opinión. Pero no lo haré. Me limitaré a decir que encuentro, no sólo en ese documento sino en otros artículos y textos de análisis que han elaborado instituciones y personas de muchos ámbitos y con distintas ópticas, puntos muy dignos de defenderse con la convicción y en la manera en la que se ha hecho hasta ahora, junto con puntos que, en mi opinión, son un claro ejemplo de que hasta las mejores instituciones del país pueden caer en un enanismo auto-impuesto, y en una visión por la que la educación no llega a ser tal. La sobredosis de paternalismo y laxitud en las normas pueden permitir que germine cualquier cosa, excepto profesionales. Mi pregunta es: ¿Qué tal si en algún momento de la historia les exigimos a nuestros estudiantes como si no quisiéramos que los hagan mierda allá afuera, en el mundo real?

Aquí es en donde ustedes gritan: "¡CEEERDOOO! ¡CACHORRO DEL IMPERIOOO! ¡LACAYO DEL GOBIERRRNOOO! ¡ABORTO DE BRETTON WOODS! ¡NAZI INTOLERANTE! ¡ESCORIA DE LA BURGUES...!" Ok, ok... espérenme, vamos viendo.

En México, decía yo hace unos días, tenemos un grave problema para separar lo defendible de lo indefendible, especialmente en asuntos que causan mucha polémica. Y creo que hay cosas, en esta modificación del reglamento del IPN, que caen en ambas categorías. ¿Por qué tomar partido por el 'todo o nada', cuando en realidad hay cambios que pueden tener un efecto positivo en la institución?

Hasta ahí lo dejaría yo, tal vez en otra entrada intente meterme a revisar esos puntos que, creo yo, se metieron a la canasta de lo "muy defendible", cuando en realidad se encuentran en la de lo "apenas sostenible".

Pero mi idea en este texto era, en realidad, tratar a la marcha como causa y no como efecto.

Debo decir, ante todo, que esa marcha fue un ejemplo de civilidad y protesta pacífica de lo más reconocible y loable que me ha tocado ver en esta ciudad, dentro de la ya muy amplia colección de marchas y protestas presenciadas durante casi veinte años de vivir en esta ciudad. De verdad, no encuentro otro adjetivo que no sea la palabra "ejemplar". El número de asistentes, la efervescencia estudiantil y el contexto general de la ciudad y el país, daban para pensar en desorden, vandalismo y enfrentamientos violentos. Pero yo no vi una sola acción que me haga pensar que la manifestación pudiera ser condenable en algún sentido. Estaba repleta de estudiantes ¡sí! ¡de verdaderos estudiantes! ¡no de fósiles! ¡no de "líderes"! ¡no de "comités generales de huelga"! De verdad se notaba que eran eso: estudiantes. Si les soy honesto, para mi llegó a ser hasta conmovedor el ver a tantos chavos con sus batas de médicos, overoles de ingenieros... en fin. Estudiantes.

Tengo la inocente esperanza de que las manifestaciones que tendrán lugar el día de hoy, 2 de octubre, en conmemoración del movimiento del '68 y su muy condenable represión, serán en el mismo tenor y con el mismo saldo blanco. Pero mi esperanza no es mucha, dados los antecedentes. ¿Por qué siempre se justifica la caída en ese tipo de acciones cuando se trata de la marcha del 2 de octubre? No lo sé. He escuchado cientos de veces el argumento de "fueron infiltrados", lo cual me parece tan creíble como aquello de que los enanos de Blancanieves eran 'sólo sus amigos'. Ajá. Una manifestación es, nos guste o no, un acto de política. Y, en política, lo que se tolera, se avala. Eso lo dejo para la reflexión.

Por otra parte, debo apuntar al otro hecho que es, precisamente, el efecto de la marcha: la salida de Miguel Ángel Osorio Chong de sus oficinas en la Secretaría de Gobernación, para recibir, en la calle y en medio de los estudiantes, el pliego petitorio con las demandas que motivan el movimiento. Osorio Chong fue como el último disco de Diego Verdaguer: nadie puede explicar por qué salió, pero lo hizo.

La imagen que aparece al inicio de estas letras es uno de los muchos memes que, posterior e inmediatamente, hicieron su aparición en las redes sociales, tomando con el humor que nos caracteriza todo ese performance del Secretario de Gobernación. Por supuesto, se hizo gala de toda clase de "chistes de chinitos", aludiendo al aspecto asiático de Osorio, comparándolo con PSY, Kim Jong-un y cualquier otro asiático que se nos ocurra. Fue una tarde divertida.

Escribí en un párrafo anterior que nadie se explicaba dicha salida del Secretario, pero... bueno, en realidad no es así. Se explica muy bien, y por supuesto que fue leída por muchos sectores como "una pantomima", "una simulación" y conceptos afines. Les creo, por supuesto. No encuentro motivos para suponer que el titular de SEGOB se vio inspirado por los cánticos del "Huelum" y tuvo un arranque de "politecnitis" que lo hizo ponerse del lado de los estudiantes. No. Fue algo, evidentemente, calculado. Sin embargo... si me lo preguntan, creo que fue uno de esos actos bien calculados. Y repito, como lo dije en Twitter, que es uno de los funcionarios que menos me 'agradan' del gobierno actual. Pero... creo que en esta ocasión su actuación fue más allá de lo que hubiera dictado 'la tradición' o los precedentes sentados por cualquiera de sus antecesores.

El protocolo más fácil de controlar, era el de hacer pasar a una comisión de estudiantes, meter a los medios, recibir el documento, tomar muchas fotografías y despedirlos "con la firme promesa de que, en un ánimo de diálogo y concertación de acuerdos que contribuyan al beneficio de todos..." bla, bla, bla, bla... (Osea: "Déjenme ganar tiempo y ahí vemos cómo encontramos un poco de atole que darles con este pícaro dedo, para que no se me pongan muy intensos, chamacos babosos.") Y tan, tan.

Pero no lo hizo.

Es decir, al menos, no lo hizo de esa forma. Sin caer en elogios innecesarios... creo que a él, o a quien lo impulsó a llevar a cabo ese acto, se le vio oficio político. Si no me creen, denle una revisadita a los medios del día posterior. Sí, podrán decir que eran "medios chayoteros" y todo, pero... ojo. Ahí hay acciones que deben seguirse con cuidado y con la óptica de que no están siendo ejecutadas por novatos.

También me divirtió mucho otra vertiente que pude encontrar en algunos medios y expresiones de diversas personas en internet. Hubo personas que hasta comenzaron a acuñar frases como "¡Victoria!"... "Sacaron a Osorio de Bucareli"... "¡Logramos poner al poder de rodillas!..."

Esteee... sí, claro. Ustedes disculparán lo soez de mi expresión, pero creo que, no sólo en México, sino en todo el mundo, cuando el gobierno se pone "de rodillas"... es únicamente para cogerte 'de perrito'. En serio.

No seamos ilusos y, sobre todo, injustos. Y no, no me refiero a ser injustos con el gobierno, sino con los muchachos del Politécnico. Suponer que su pliego de demandas que, insisto, debería revisarse para discriminar el oro de la paja, constituye el acto fundacional de la nueva nación mexicana, o el encendido de la mecha que 'hará volar en pedazos al sistema y al decadente gobierno que lo personifica'... es cargar un peso inhumanamente grande sobre los hombros de esos jóvenes. No es justo.

En estos días, leí un artículo de Alberto Fernández, en la columna Volante Izquierdo, de la revista Letras Libres, titulado "Politécnico: contra la tentación del lugar común." (ver artículo en Letras Libres) y plantea lo mismo: dimensionar los alcances de un movimiento así, no es un acto simple o automático, ni algo que deba hacerse a la ligera.

En fin. Mas allá de los 'chistes del chinito' y del aplauso fácil a algo que parece un gran logro estudiantil, conviene observar y valorar con cuidado lo que está ocurriendo en el Politécnico.

Ahí mañana (o el sábado) les cuento cómo estuvo la marcha del 2 de octubre.


6 comments:

Tinosoft said...

Pero cada manifestación que se ha hecho en México es para pedir más intervención gubernamental para facilitar "el derecho a no trabajar", eso al gobierno le conviene siempre y cuando no exista harto vandalismo a los OXXOs.

si hiciera una manifestación sería para bajar impuestos, impulsar la construcción de carreteras por vías privadas, dejar de darle despensa a los pobres para que sean productivos, cosas así. Lo único que se defiende a este país es el status quo, tanto que el mismo AMLO hace cada partido de izquierda para perpetuarse su salario del INE.

Gonzalo Suárez said...

Muy cierto... Creo que en el pliego petitorio había -hay- puntos muy válidos y otros que no lo son tanto. ¿Tardarte mas 10 años en acabar la carrera y obtener el mismo título que quien la hizo en tres años -porque adelantó materias-.? No creo que sea correcto. Saludos.

Monoaureo said...

MMMM... Si observas la entrada que publicamos el domingo pasado -Ya no me cantes, Cigarra- y coincide con tu argumento: algunas de las peticiones son imposibles de cumplir... Saludos. #RetoBlog

EL PEATÓN said...

Tinosoft, en buena medida tienes razón. Creo que hay algunas manifestaciones plenas de sentido, que defienden causas que es realmente defender de algún otro modo. Sin embargo, es muy cierto, muy tristemente cierto, que en nuestro país se ha abusado del derecho a la manifestación pública, llegando a situaciones en las que uno podría manifestarse y cerrar calles del D.F. por razones tan fundadas como el cambio de nombre del Negrito de Bimbo, a su nombre actual de Nito.

Amigos, los convoco a manifestarnos por eso.

EL PEATÓN said...

Gonzalo... ¡exactamente! También me quedé 'de a cuatro' cuando leí que les parecía inaceptable el punto que contempla que aquella persona que 'deba' materias por más de un año podrá ser dada de baja. Mi pregunta inmediata fue ¿pues cuántos años querían? ¿en cuántos lustros pretenden llevarse la carrera? En serio, creo que ese grado de 'apapachamiento estudiantil' es un salvaje insulto, lanzado directo al rostro de los miles y miles estudiantes que cada año se quedan fuera de las instituciones públicas de educación superior, por falta de cupo.

De verdad, no se vale.

EL PEATÓN said...

¡Vaya! No había visto ese cartón de Calderón, y vaya que me gustan sus contribuciones al mundo de la caricatura política nacional. Y sí... es completamente cierto.

Los ánimos de 'protección social' y/o 'apoyo al estudiante' se han exagerado por muchos años. Y, tal vez la caricatura no toca el punto, pero yo insisto en él: el mundo, allá afuera, pide profesionales habituados a trabajar BIEN bajo presiones y con exigencias que van mucho más allá de "deber una materia por un año". La mayoría termina aprendiendo lo importante que era eso, 'por la mala': cuando no son capaces de obtener o conservar un trabajo.